Los perros se comunican principalmente a través de su lenguaje corporal, y aprender a interpretarlo puede mejorar significativamente tu relación con tu mascota. Por ejemplo, los movimientos de la cola son comunes, pero no siempre significan lo mismo. Una cola que se mueve a la altura de la espalda con movimientos amplios puede denotar felicidad y entusiasmo, mientras que una cola baja y entre las patas es un claro signo de miedo o sumisión.
Las orejas también son un indicador clave. Si están hacia adelante, muestran interés o alerta, mientras que hacia atrás pueden significar nerviosismo. Además, los bostezos y los lamidos no siempre están relacionados con el sueño o la comida; muchas veces son signos de estrés o de una forma de calmarse.
Otro detalle importante es la postura corporal. Un perro que se estira con el pecho hacia el suelo y la cola levantada está invitando a jugar, mientras que uno que se encoge y se hace pequeño busca evitar conflictos. En este artículo, exploraremos cada una de estas señales con ejemplos prácticos para que puedas identificar cómo se siente tu perro en distintas situaciones.